Que una lesbiana no es una pederasta puede parecer obvio para cualquiera, pero hay gente que considera que es de la misma naturaleza violar niños que sentir amor y/o deseo hacia un adulto del mismo sexo.
El gobierno valenciano de Camps así debe de pensarlo, cuando establece un filtro censor con la excusa de evitar la pornografía infantil en las escuelas y bloquea el acceso a páginas web con palabras como "lesbiana" u "homosexual". No es el primero que lo hace, por cierto.
Señores censores, si quieren impedir el acceso a páginas de pornografía infantil en las escuelas, les propongo que se dejen de chorradas homófobas y utilicen las siguientes palabras clave: Obispo, Sacerdote, Reprimido, Benedicto, Iglesia.
Con estas palabras seguro que no aparecerá ni una sola noticia y los estudiantes no tendrán miedo de ir a confesarse sin un cinturón de castidad.
Buenísimo también; pero, ¿sabes lo que haces? O descubres una medicina para curar la intolerancia supina de la humanidad o no llegarás al cielo: relacionar, aunque sea de pasada, religiosos y pederastia es anatema (muy malo, vamos).
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