Una marca de moda se acojona y decide retirar una de las fotos de su campaña en la que aparece el Papa besándose con el imán de El Cairo.
Curiosamente, no ha habido problemas con los besos entre políticos. Ha tenido que ser un beso entre líderes religiosos lo que ha provocado las quejas y odios, precisamente en una campaña con el lema #unhate (deja de odiar).
Porque ese beso en sí es una paradoja: Sólo podría existir si los implicados y sus iglesias no existieran. ¿Dónde está la iglesia que predica el amor a todas las personas?
Me refiero a la que lo predica en serio, claro.
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