El Supremo de EE.UU. paraliza una ejecución porque pretendían sedar al preso con tranquilizantes para animales. Y todo por los problemas que tienen para conseguir el pentobarbital ahora que Italia ha prohibido su uso en ejecuciones.
No se entiende para qué tantas complicaciones. Lo más económico sería dejar de llevarle comida a la celda, que no están las economías para andar gastando en calmantes.
Y luego sólo queda rezar a Dios para que sea culpable.
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