Pujol dice en su comparecencia en el parlamento catalán que no es un político corrupto y justo después avisa de que si empiezan a moverse las ramas el árbol caerá entero. Es una honradez un poco rara esa de "tengo mucha mierda que podría contar así que cuidadito con lo que se me dice o se me hace".
De todas formas, ¿Quién puede creerse lo que diga un mentiroso?
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