Uno de los adiestramientos a los que se somete a los soldados es el de
deshumanizar al enemigo para facilitarles la labor masacradora. Me parece a mí que los psicólogos han estado haciendo horas extras, porque han pasado de deshumanizar al enemigo a deshumanizar a países y razas enteras, y ya no sólo son los soldados los que tienen esa mentalidad, sino que se ha contagiado a la gente de la calle y a los políticos.
No se entiende que
Obama haya reabierto los juicios en Guantánamo, dando legitimidad a las torturas allí cometidas.
No se entiende que
EE.UU. torture a un hombre que presuntamente ha hecho lo que su país esperaba de él: Contar la verdad y denunciar violaciones de derechos humanos que ahora le suceden a él. Y no lo digo yo, ni la ONU, sino
el portavoz del Departamento de Estado, que ha tenido que dimitir justamente por decir la verdad.
No todo vale. El fin que se busca no justifica estos medios. Y convendría que la gente
recordara lo que significaba la república, que desde luego no es lo que ahora mismo tenemos en nuestros demócratas países.
Los medios de comunicación que tanto se beneficiaron vendiendo periódicos con los cables filtrados parece que han olvidado que son
el Cuarto Poder.
Salvemos al soldado Manning.