Otra masacre en Estados Unidos, esta vez en una iglesia negra de Carolina del Sur, a manos de un joven blanco de 21 años con una pistola que le regaló su padre por su cumpleaños. El asesino se sentó y escuchó durante una hora un debate sobre la Biblia y luego se levantó y comenzó a disparar.
Supongo que el odio racial en América terminará algún día. Esperemos que sea antes de que se les acaben los negros.
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