Cientos de miles de personas (decenas de miles según la policía, cuatro gatos según el ministro de turno) se manifiestan en contra de la reforma laboral de Angela Merkel. En el meollo había tanto sindicatos, como gente cabreada con la reforma que no quería que los sindicatos acapararan la atención.
Rajoy ha dicho que vale, que se manifiesten, pero que ajo y agua.
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