Con permiso de Quevedo:
Érase un hombre a un bigote pegado,
Érase un bigote superlativo,
Érase una marmota medio viva,
Érase un pelaje mal trenzado;
Eran unas manecillas de reloj mal encaradas.
Érase una morsa boca arriba,
Érase un plumero desbocado,
Los doce tribus de bigotes era;
Érase un narcisismo infinito,
Frisón archimorro, caradura,
Mofeta garrafal oscura y frita.
Dedicado al impresentable ese que se lucra con las desgracias ajenas, también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se agradecen los comentarios de cualquier tipo e ideología, siempre que se hagan manteniendo las formas y el respeto.
Los comentarios anónimos serán eliminados, especialmente si no aportan nada al debate.