Un entrenador vasco responde en euskera a una pregunta hecha en euskera por un medio de comunicación vasco y algunos periodistas se ofenden, hasta el punto de que el entrenador decide marcharse de la rueda de prensa.
Si la rueda de prensa hubiera sucedido en el País Vasco, no habría pasado nada. Todo el mundo habría actuado con normalidad y el entrenador habría continuado respondiendo a otras preguntas de otros medios de comunicación, en otros idiomas. Si la rueda de prensa hubiera sucedido en Francia o en el Reino Unido, tampoco habría pasado nada.
El problema es que la rueda de prensa se ha hecho en una región de España que no es el País Vasco, única extensión de tierra del planeta en la que hablar euskera está mal visto.
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