Un niño de 13 años mata a un profesor y hiere a cuatro personas en un colegio de Barcelona. Hasta aquí lo que tendría que ser la noticia.
Minutos después de que se haya producido la tragedia los medios de comunicación se han dedicado a "informar" a todos de sus gustos, aficiones, avatares, frases dichas en voz alta, uso de Internet, planes de futuro, talla de calzado y color de heces. Afortunadamente para los jugadores de rol, parece que el chaval no es aficionado a los juegos de rol.
La pregunta que yo me hago es ¿qué carajo hace un niño de 13 años viendo series, y visitando páginas web ultraviolentas explícitamente para mayores de 18 años? ¿Dónde estaban los padres?
El problema no son los videojuegos violentos, las páginas web violentas, el gore ni las series de terror. Estos contenidos se crean para adultos que tienen la cabeza ya formada. El problema es que hay padres que se desentienden de sus hijos y no les importa lo que hacen o ven sus hijos menores.
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