Hoy es el día del padre. En realidad, este día y el de la madre deberían unirse y formar el día del hijo agradecido. Mi madre y mi padre son muy majos, honrados y siempre están cuando les necesito. Probablemente estéis pensando que vuestros padres son igual de majos (o más), pero esto no es una competición. Lo que importa es lo que vive en el corazón de cada hijo, además de que si hubiera una competición acapararían todos los trofeos.
Seguro que después los devolvían todos a sus legítimos propietarios.
Pero no se preocupen que no les voy a contar mi vida. Es sólo que creo que después de tantas entradas en está bitácora ya tocaba hacerles un modesto homenaje. Además de que así me ahorro el comprar un regalo.
Gracias, papá. Gracias, mamá.
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