Facebook manipuló sin permiso a miles de usuarios para hacer un estudio psicológico.
Quitando lo despreciable del acto, el experimento resultó satisfactorio. Es decir, que ahora sabemos que las grandes empresas de Internet pueden manipularnos e influenciarnos para lo que les apetezca (comprar productos, votar a ciertos partidos,... )
Pero lo más triste es que además, ahora sabemos que no necesitan hacerlo en secreto, porque la gente no va a dejar Facebook o Twitter por esto. No es importante. No es para tanto.
Bienvenidos a la distopía real. Si hay que culpar a alguien de esto, es a nosotros mismos.
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