Los niños de la protectora de animales El Cuarto Hocico, envían una carta a unas monjas reposteras de clausura intentando evitar que celebren una corrida de toros benéfica para restaurar un santuario.
Ofrecían mil euros más todo lo que pudieran recaudar. No ha servido de nada.
Bueno, ha servido para demostrar una vez más que la moral cristiana se comba ante el peso del oro.
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