El pasado viernes murió Aaron Swartz, supuestamente de un suicidio provocado por una excesiva presión judicial y política hacia su familia.
Es bastante probable que usted no sepa quién fue o qué hizo por usted y por toda la humanidad digital mientras vivió. Muchos dirán que sólo era un pirado más de los ordenadores, un hacker de esos. Supongo que los verdaderos héroes son los que nunca dejan de ser anónimos.
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