jueves, 27 de septiembre de 2012

¡Que soy compañero, coño!

¡Que soy compañero, coño!
De entre las numerosas muestras de abuso policial el #25S, la del policía infiltrado recibiendo palos de sus compañeros se lleva la palma por lo que demuestra: que o bien había agentes realizando actos violentos para  justificar las cargas, o que los antidisturbios se dedican a apalear a manifestantes que no han hecho nada.

Elijan la opción que les provoque menos rechazo. Y recuérdenlo cuando haya elecciones, porque no tenemos otra forma no violenta de conseguir cambiar las cosas.

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