lunes, 1 de julio de 2013

Una rosa es una rosa

Una rosa es una rosa
Jose Antonio Griñan echa sal en la herida y se queda mirando mientras Rubalcaba se desinfla.

Veremos en qué queda todo esto, pero estaría bien que el Griñángate provocara movimientos tectónicos en el anquilosado PSOE, igual que espero que el Bárcenasgate mueva los cimientos del PP.

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