Nuestro Rey se enfada con los periodistas por "querer matarle y plantarle un pino en la tripa" y Zarzuela decide censurar impidiendo que la prensa pueda llevar micrófonos cerca de él. ¡Qué bonita es la monarquía! ¡Y qué campechana!
Y eso que no se topa nunca con la prensa rosa, que entonces exilian a todos los periodistas del corazón.
Pensándolo mejor... ¡Jorge Javier, ya tardas en mandar a la tropa!
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