Una monja escocesa hereda un burdel de su madre. Ha manifestado su intención de venderlo y donar los beneficios, pero creo que podría ser una forma más saludable de acercar la religión al pueblo.
Si María Magdalena levantara la cabeza, digan lo que digan en el Vaticano, ya tendría dónde ponerse a trabajar.
eres muy ingenioso, no se como no te han descubierto aun en algun periodico y te llaman para que escribas una columna semanal o diaria, soy fan tuya
ResponderEliminarGracias, mamá. :)
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